Un verso más Dios mío y otro día
y un paso más y un llanto más si cabe
Pues que al verme vivir tan poco grave
digáis que es porque vivo todavía
Pensar qué es esa cosa la alegría
que se me va del alma como un ave
que me deja una pluma y no lo sabe
y alimenta de alpiste mi agonía
Sólo en mi cuarto me voy viendo viejo
en la mentida risa ante el espejo
o en el beber o en el dejar el vaso
Pero cada mañana como todos
vuelvo del sueño donde estoy de codos
y un verso más y un día más y un paso
(Carlos Edmundo de Ory. )
Un buen soneto puede ser la perfección de ritmo, musicalidad, pensamiento y sentimiento.
Puede memorizarse con facilidad porque las palabras fluyen hacia la memoria naturalmente,
y puede decirse en una emisión, sin dudas, porque puede ser asumido de una manera personal.