Marte ceñudo
Tic-tac, redoblan los músculos engrasados,
acompasados,
envueltos en la luz de polvorientos principios.
Tic-Tac, milésimas de segundo pulidas,
cientos de horas idas en inútil perfección.
Tic-Tac, máquinas humanas
manejadas desde seguros fortines
y ofrecidas generosamente a dioses sanguinarios.
Tic-Tac, el péndulo vano de la gloria
presente y futura
oscila inmisericorde sobre la inocente formación.
Tic-Tac, dicen las patas del borrico
ciego y sediento que mueve la noria.
Tic- Tac, cuerpos jóvenes a compás.
Tic-Tac. ¡Dejad quietos los sentimientos
y la memoria!
¡Tic.Tac! ¡¡Tic.Tac!! ¡¡¡Tic.Tac!!!
Verdaderamente. Verdaderamente. De acuerdo con el espíritu y con la letra